Día de templos en Kamakura y Chinatown en Yokohama

Amanecemos de nuevo en Japón!
Nos tomamos el cafetito de rigor y ponemos camino a Kamakura. El camino se hace corto observando el paisaje en el tren... 
Llegamos puntuales (algo normal allí) a la estación de Kita-Kamakura. Decidimos irnos al pueblo y ver si habia una panaderia o tienda abierta para comprarnos unos bollitos japoneses y así empezar la ruta de templos.

Empezamos por Engakuji Temple. El complejo es muy grande y esta muy bien cuidado y completamente rodeado de espesa vegetación, con sus estanques de rigor y sus repectivos nenúfares, su puentecito, sus cuidados árboles...vamos una monada. 
Hay muchas salas, una decorada con farolillos de colores, en otra hay un gran buda custodiado por un dragón, otros templos donde se realizan ceremonias de té entre otras cosas. Nos llamó la atención que habian muchos japoneses en una sala (era domingo) y nosotros, ni cortos ni perezosos, pusimos rumbo a la sala. Nos quitamos los zapatos para caminar por el tatami pero subiendo las escaleras, se nos aparecieron unos agradables japoneses que con una gran sonrisa nos dijeron que era una ceremonia privada y no podiamos estar por alli.
Bueno, continuamos investigando el templo y despues de remirar el mapa, salimos de alli para dirijirnos a Jochiji Temple y Tokeiji Temple. Cruzamos la vía del tren y nos dirijimos a ellos. Eran bastante pequeños, no habia nadie visitandolos y el Tokeiji estaba cerrado. Continuamos nuestra ruta hacia Kamakura pero uno de los senderos que habian por la montaña y nuestra guia indicaba. Así que, tras unos 30 minutos, entre telarañas llegamos a un templo que no he podido saber su nombre, donde nos refrescamos... AY! nos purificamos, escribimos en un corazón de madera por los nuestros y por supuesto, dimos nuestra ofrenda.

Seguimos el sendero y llegamos a Zeniarai Benten. Curioso templo!! Entramos por la gruta y nos encontramos una explanada con un montón de comercios de amuletos religiosos y no tan religiosos... Es popular ir allí a "lavar" el dinero para que tu fortuna aumente. Nos quedamos fascinados la gente como lavaba hasta billetes...  y una vez copiada la técnica nos dispusimos a realizarla nosotros con euros y yenes. Una vez fresquito nuestro dinerito y una Coca-Cola para refrescarnos, continuamos hacia el Daibutsu. Por el camino, una familia muy simpática nos preguntaron que dónde éramos, y al decirle Spain, hizo un OLÉ! super gracioso, levantando el brazo a lo flamenca . Nos dijeramos que éramos muy valientes por haber venido después de todo lo ocurrido allí en estos últimos meses. Continuamos por el camino y llegamos al gran Buda. Estaba muy lleno el templo tanto por fuera como por dentro... Es impactante verlo en vivo, es grandísimo y en el lugar que está es mágico, la vegetación y el jardín pedroso.

Repusimos fuerzas y nos fuimos a visitar el último templo de la mañana. La calor y sobretodo el bochorno ya era casi insoportable. El siguiente, el Hase Temple, precisoso. Lo tiene todo: vegetación, el lugar donde esta situado, un gran pabellón y hasta una cueva!Muy curioso la verdad.

detalle de farolillos en templo Kitakamakura
purificando el dinero en el templo de Kamakura
templo Hase en Kamakura
el gran buda de Kamakura
sendero entre templos
fuente templo en Kamakura

Agotados nos fuimos a buscar un bar para reponer fuerzas despues de la caminata y lo que quedaba de ella. Comimos un rico Gohan, unas gyozas y unos noodles acompañados con una refrescante Asahi...Mmm que rico! 
Nos fuimos hacia la línea Enoden (no entra en el JR), donde un amigable japonéss nos ayudo a sacar los billetes porque no había manera de sacar 2 billetes iguales  y llegamos como sardinas en latas a la estación de Kamakura.
Recorrimos las calles comerciales, y acabamos ante el hermoso Tsurugaoka Hachimangu.
No imaginábamos que existieran unos nenúfares tan grandes! En toda la subida hacia el templo habían tenderetes tradicionales donde vendían comida, gominolas... Me acuerdo mucho de 2 tenderetes en concreto: uno era una especie de juego de pesca en los que la gente pagaba y con un papel muy fino, sin que se le rompiera, tenia que pescar peces y pasarlo a una cestita. Lo curioso es que estaba llenísimo y que los peces que recogian los volvian a verter en la pecera. Y el otro tenderete vendían uvas en recubiertas de caramelo (como aquí hacemos las manzanas de caramelo), q dices mmm... que bueno, pero atentos, vendian UNA sola uva en un palo enganchada por 100Y.

Después de un buen rato haciendo mil fotos a todos los ángulos del templo, volvimos a la estación para ir a Yokohama, no sin antes comprar una galletitas con soja y entrar a un montón de tiendas.

yukata japones
templo en Kamakura

Eran pocas paradas, así que nos plantamos en el Minato Mirai de Yokohama en un abrir y cerrar ojos. De nuevo nos refrescamos y nos hidratamos tomándonos unos refrescos, recorridos algún centro comercial y nos fuimos hacia el barrio chino. Las calles estaban muy animadas, llenísimas. Recorrimos las calles, y nos quedamos alucinados con el Kanteibyo, sin palabras!

Destrozados, volvimos a la estación para regresar al hotel, cenar y coger fuerzas porque nos esperaba NIKKO!!

Chinatown Yokohama