Ciervos, una buena guia japonesa, Álvaro y por supuesto NARA

templo Todai-ji

Empezamos el día de nuevo tempranito para no perder la costumbre y hoy iba a ser un dia completo. 

Por la noche, estuvimos mirando la ruta más corta para ir a Nara y decimos ir a la estación Tenno-ji desde nuestra estación más cercana y allí coger el tren que vaya directo a Nara. Así que comienza el día, con las maletas en movimiento (por cierto que cada vez pesan más) y nuestros desayunos, con el batido Van Hauten que no falla.
Maletas escaleras para arriba, para abajo, un sprint... En un momento llegamos a la estación de Tenno-ji y allí medio preguntando nos metemos en el tren a Nara. Iba súper vacío. Como quedaba unos 20 minutos para llegar, nos disponemos a desayunar mientras miramos por las ventanas el paisaje, continua sorprendiéndome los contrastes de este país. Habíamos quedado con nuestro amigo Álvaro en la estación Kinetsu –Nara a las 9,30h. Nosotros llegamos a las 9,15h y nos fuimos a buscar las taquillas para dejar el equipaje. Era la primera vez que las necesitábamos, así que buscamos la zona, comprobamos las dimensiones y dispusimos nuestros equipajes, no sin antes tener el primer fallo técnico de la ignorancia de cómo funcionan. Ya era la hora, y teníamos que irnos desde la JR hasta la Kinetsu donde nos esperaba Álvaro. Así que llegamos algo tarde, pero tras dar una vuelta a estación donde habíamos quedado con él, nos dimos cuenta que tampoco había llegado…  tras un rato de espera, nos pusimos contacto con él y sobre una 1hora más tarde apareció, bajo una experiencia más en el país nipón.

Lo que le pasó fue que salió muy puntual desde Tsu, a unos 80km, pero cogió un tren express hasta Nara, pero de express nada, viendo que no le daba tiempo, compro otro billete para coger otro y tampoco le salió bien la jugada, y a la tercera, se resigno y llego cuando llegó. Conclusión en Japón, lo del nombre express, no significa que vaya más aprisa, si no que para en menos lugares, aunque tarda lo mismo! Sabíamos que con él, no nos aburriríamos en absoluto, contando todo lo ocurrido desde que está en el país mientras conocíamos Nara. Nos fuimos al 7eleven enfrente de la estación, donde Álvaro tenía una cosa pendiente que arreglar. Hacia unos meses, había ido a Osaka con un amigo suyo, pero hicieron tarde al último tren, y se quedaron en Nara porque ya no salía ninguno hasta el día siguiente, así que fueron al supermercado a preguntar donde podrían encontrar un hotel barato, y el jefe del mismo, con la amabilidad que caracteriza a los japoneses, les acompaño con su propio coche hasta un hotel económico para que pudieran pasar la noche. Así que quería devolverle un favor, le llevo unas pastas típicas de la zona donde vive él, y el jefe, tras un montón de reverencias, entró al almacén y nos trajo té verde de regalo para todos! (Tú crees? Vas a agradecerle el favor, y aún acaba obsequiándonos más, retroalimentación de regalos!) 

Tras el momento que acabamos de observar, nos fuimos charrando hacia el templo Todai-ji. El recinto, llenísimo de ciervos, empiezan a acorralarnos esperando a que les diéramos comida… Mientras Álvaro arreglaba la mochila, ZASSSS! , un ciervo arrancó de las manos de Kyke nuestro mapa de Nara y de Kyoto! He aquí la prueba… y al lado nuestro, las pancartas con las advertencias de estos bichos... Tras nuestro imprevisto, con ganas pero sin mapa, continuamos el plan.

El templo alucinante, es grandioso!!! Nos quedamos alucinamos. Por dentro contemplamos el súper buda, Kyke intenta pasar por el agujero, pero como que no… si solo pasan niños por allí o alguno más delgado!

 

el Shika con nuestro mapa
de camino al templo
advertencias de los shikas
farollilos del templo

Tras el recorrido, esperamos un rato a Chiaki-san, una japonesa que vive en Nara que conoció por CoachSurfing que se nos ofreció a hacernos de guía. Mientras las esperábamos nos cuenta Álvaro, los cambios culturales que vive día a día, la diferencia entre japonesas, las tradicionales y las máss modernas…

Y llegó Chiaki-san, una agradable chica, amante de la fotografía y de los viajes. Nos presentamos, le comentamos que habíamos visto el templo ya y nos disponemos a ir a Kasuga Taisha.

La subida hacia el templo, es hermosa, con miles de faroles de piedra, árboles y ciervos. Mientras subíamos, Chiaki nos dio un mapa de Nara en español (que atentos, dios santo!) y empezamos a conocer nombre en japonés que ya los habíamos oído… “Shika” significa ciervo, quizá si veis Naruto, os sonará de Shikamaru. Allí nos contó cosas relacionadas con las creencias, como que la moneda de 5 yenes si la ofrece una pareja y se da dos palmadas, y con las manos juntas como si estuviéramos rezando, nos inclinamos una vez y otra más, pero en esta última nos quedamos ahí inclinados pidiendo el deseo, la relación irá bien. Lo intentamos, pero no nos coordinamos. Como había curiosidad, Kyke sacó su carta para lo que le esperaba este año, y Chiaki, nos fue comentando cada frase que significaba ya que el texto estaba en japonés. La verdad que todo era bueno y de allí, como el hambre apretaba, nos fuimos a un sitio típico, donde hacian Okonomiyaki (la pizza japonesa), y nos aconsejó sobre cual elegir.

Mmm! Buenísima, cumplimos mientras teníamos una amena conversación. Mientras caminamos, un hombre con mala pinta paso por nuestro lado y nos grito, Álvaro contestó. Nos comentó que nos había insultado y nos quedamos alucinados, ya que no es nada normal, ni que insulten ni que griten por la calle, pero en todos los sitios, existen… (aunque es poco común por Japón).
De allí, fuimos a Kofukuji Temple y posteriormente a la zona Naramachi. De camino a ésta zona, observamos tiendas curiosas, como de deportivas que dividían los dedos, objetos típicos de Nara,… un viejillo japonés, se nos puso a hablar. Se quedó flipando con Ángela, flirteando con ella y nos empezó a hablar en inglés y alemán. Nos contó que le gustaba España, que estudiaba a filosofía occidental, alemán…un hombrecillo muy culto pero muy descarado (algo similar a un "Fullet Tortuga").

Tas caminar por unas calles y despedirnos del hombre japonés, entramos a una casa-museo mercantil, vimos como era tradicionalmente, super linda, con el tatami y su jardincito interior. Cuando íbamos a salir, la mujer que estaba en el museo nos hizo con origami, unas florecillas muy monas. Dicen que es poco común, que los japoneses no sepan hacer algo con esta técnica! Dimos una vuelta por el distrito, donde vimos “Saru” (monos) hechos de tela colgados por las casa. Nos fuimos al estanque delante del templo Kofukuji donde habían “Kame” (tortugas) , para averiguar, gracias de nuevo a Chiaki, como Álvaro iba a ir desde Nara a Hiroshima, donde al dia siguiente visitaríamos la ciudad.

subiendo al templo Kasuga-taisha
casa museo mercantil japonesa en Nara
detalle calles de Nara

Al final, Álvaro se vino con nosotros a probar suerte en Osaka. Nos despedimos de Chiaki, no sin antes darle un detalle (una sevillana imán para la nevera) y dos besos de parte de Ángela, y los chicos solo una reverencia. GRACIAS CHIAKI por ser nuestra guía en Nara, mereció mucho la experiencia, fue mucho más japonesa!

Continuamos la ruta, no sin antes, otra curiosidad. Mientras estábamos en el tren de camino a Osaka, un hombre japonés, se nos sentó al lado, y al ver que éramos españoles, empezó a decir que le gusta mucho España, que no había visitado pero que quería ir. Empezó a nombrarnos todas la comunidades, las cordilleras y límites geográficos de España, de nuevo con la boca abierta nos quedamos... Tras la charla, a los 20minutos, se levanto sin antes decir que éramos muy chillones...

Llegamos a Osaka, fuimos a preguntar horarios de buses a Hiroshima, y finalmente cogió el bus que salía a las 11 de la noche y llegaba a Hiroshima a las 7 de la mañana, por tanto también tenía el alojamiento arreglado. Quedamos vernos en Hiroshima, bajo nuestro hotel mañana para visitar la ciudad con sus dos amigas japonesas Ayano-san e Izumi-san.

Nosotros cogíamos el Shinkansen hacia Hiroshima. Mientras esperábamos que la gente bajara, salió un hombre mayor dando tumbos, súper cargado de equipaje. Llego al andén y se cayó. Nadie se movía, todos miraban, y nosotros fuimos a socorrerle. El hombre hacia mucha olor a alcohol y sudor, le ayudamos a levantarlo, apartamos el equipaje y le dimos agua. El hombre, agradecido, nos hacía gestos y hablaba en japonés. Tras un rato sentado, se levantó y nos dijo que se iba a fumar a la zona habilitada dejando su equipaje. El tren ya partía, nos sentamos y no supimos nada más, esperamos que le fuera bien, pero la pinta no le acompañaba… Tras una horita y media llegamos a la estación de Hiroshima y fuimos caminando, con algo de llovizna al hotel!.Nos cogimos la cena, hicimos el checking y por fin nos tiramos en la cama. Un gran día y esto aún continuaba!